Saturday, June 16, 2007

La cosa en el cuadro

Aquella mañana Josué caminaba por el zócalo viendo toda clase de cosas en los innumerables puestos ambulantes, aunque sólo se detuviera en aquellos donde hubiera antigüedades. Lámparas, libros, estatuillas y cuadros, hubo uno en especial que atrajo por completo su atención, se trataba de uno de 120 x 90 cm. de alto, con un marco dorado muy arabesco, pintado al óleo sobre manta, era una obra exquisita hecha con los mejores materiales, debía de costar por lo menos unos $1,600.

Josué siguió viendo detenidamente el cuadro en busca de algún defecto que pudiera desencantarlo a fin de desprenderse de aquello que sabía perfecto que no podría adquirir y lejos de hallarle un defecto, su aprecio por la obra iba en aumento.

- ¿Cuánto por este? – se animó por fin a preguntar
- Por ser mi primera venta del día dejaré que se lo lleve en $80 – respondió un viejo demasiado nervioso que se retorcía los dedos - ¿desea que se lo envuelva o que le consiga una caja?

Josué lo miró completamente extrañado sin saber que era más raro, si el hecho de que una pieza semejante costara lo que acababan de pedirle o la urgencia del vendedor por deshacerse de una cosa tan sin igual. No lo pensó y se lo llevó así, sin envoltura ni caja, quizás por la urgencia de llevárselo antes de que otro se lo ganara o por que quisiera presumirlo por la calle.

Lo primero que hizo al llegar a su departamento fue colgar el cuadro en el estudio; la pintura mostraba una fortaleza morisca con una atalaya a cada lado, cimentada en una peña, un árbol seco a la izquierda y una piedra a la derecha, el fondo era una reciente puesta de sol, colores violentos en el horizonte, amarillo, rojo y azul, sin sol ni estrellas ni tampoco luna, una ventana en cada atalaya, ambas oscuras y en la de la derecha, algo que no había notado antes: un par de ojos verdes que brillaban. Josué se quedó paralizado un instante y al reaccionar lo primero que se le ocurrió fue llamar a dos amigas bajo el pretexto de ver películas aunque lo que quisiera en realidad fuera presumir su nueva adquisición. Ellas llegaron y lo primero que dijeron fue sobre la pintura. Una dijo que era asombrosa la habilidad del artista para crear un ambiente tan realista, la otra dijo que le daba escalofríos pues juraba sentir la mirada de aquellos brillantes ojos verdes que, ahora estaban en la otra atalaya, cosa que aunque no dejara de ser raro, para Josué pasó inadvertido.

Cuando se fueron las amigas de Josué, ya muy tarde, él ya sólo pensaba en descansar, apagó las luces y se acostó. No lo dejaron dormir ciertos ruidos en el estudio y se levantó, al llegar se sorprendió por el intenso brillo verde de un par de ojos, encendió la luz y en todo el edificio se escuchó el desgarrador grito de Josué, a quien ya no se le volvió a ver en varios días. Los padres del muchacho, preocupados por su ausencia decidieron ir a buscarlo y la primera cosa rara que notaron fue que el departamento se encontraba cerrado por dentro, llevaron a un cerrajero y forzaron la puerta. Cuando abrieron se sorprendieron de una manera aterradora al ver el cuadro en el estudio y en la ventana de una de la atalayas la luz encendida y a su hijo asomado en ella con la más pura expresión de miedo.

La pintura se la llevaron los padres de Josué y aunque la cosa en el cuadro jamás volvió a ser vista, la imagen de Josué aparece unas veces en cualquiera de las atalayas, otras junto al árbol seco como escondiéndose de algo y muchas más tras la piedra.

Diana

6 comments:

Anonymous said...

wow! sencillamente fabuloso,aunque la ideaya se ha escuchado antes creo que tu estilo esoriginal.

Anonymous said...

Cuadros vivos??? ¡¡Escalofriantes!!

r_e_f said...

Saludos, me topé con el blog de mera casualidad, me gustaron los cuentos. Yo escribo también. (juglarespoetasyescritores.blogpsot.com).

Me estaré dando unas vueltas por acá más seguido. Muy bueno el cuento ¡Gótico de antaño! bien.

Saludos

Unknown said...

me encanto como escribes. la historia es fabulosa.
y tu blgo en si,me gusto mucho.
besos!

César Martínez said...

Muy buen taller, da gusto poder entrar a la web y leer cosas que valgan la pena.

Di con su blog gracias al link que r-e-f tiene es su página, ahí pueden encontrar el link a mi blog (soliloquioartificial)

Me gustó mucho el cuento, sólo 2 cosas: a)No se me hace tan creible que en el zócalo encuentre un cuadro así, creo que nunca he visto antiguedades en el zócalo. Quizá en Garibaldi, La lagunilla u otro tianguis un poco más específico.
b) En el siguiente enunciado:
"No lo dejaron dormir ciertos ruidos en el estudio y se levantó, al llegar se sorprendió por el intenso brillo verde de un par de ojos"
Me pasó algo raro (tal vez no leí con atención), pero cuando dice "se levantó" yo me lo imagino de pie junto a su cama prestando atención a los ruidos con el corazón en la garganta, pero enseguida dice "al llegar se sorprendió" entonces tengo que recuperar la idea y decir "ok, se levantó y fue hacia el estudio" y aunque sólo toma una fracciónd de tiempo me interrumpió la fluidez y el ambiente del cuento...

Chaz! creo que ya me extendí, pero es que vale la pena tomarse un rato para dar la opinión a cuentos así de buenos.

zarco said...

Muy buen trabajo!!!

Se ve la dedicacion en tus cuentos!!

Te invito a checar los mios en vagandoenlaweb.blogspot.com

Me volvere un lector asiduo de este blog!!!